La NICOTINA es un potente veneno e incluso se usa en múltiples insecticidas.
En bajas concentraciones es un estimulante y uno de los principales factores de adicción al tabaco.
La nicotina es una de las drogas más adictivas que existen, por delante de la cocaína.
La mayoría de los cigarrillos contienen entre 1 y 2 mg o más de nicotina. Al inhalar el humo, entre diez a sesenta segundos después penetra en el cerebro.
Cuando no se inhala el humo, la nicotina se absorbe más lentamente a través de las membranas mucosas de la boca.
De las aproximadamente 3000 sustancias que contiene el cigarrillo, solo la nicotina crea dependencia. Su efecto es funesto en las áreas que forman parte del sistema de recompensa.
La nicotina provoca que las neuronas liberen abundante dopamina.

La causa de que la nicotina cree adicción está en que modifica la estructura química del cerebro: aunque inicialmente las neuronas a las que se acopla liberan el neurotransmisor que estimula la liberación de dopamina en las neuronas vecinas, si aquellas son sobreexcitadas por la nicotina, la secreción de dopamina se limita.
La consecuencia a largo plazo es que las células adaptan su bioquímica: primero aumenta el número de receptores de nicotina, por lo que aumenta la secreción de dopamina; sin embargo, con el tiempo las neuronas reaccionan de forma menos inmediata a la nicotina, por lo que las necesidades de ingerir mayores cantidades de tabaco aumentan.
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