martes, 25 de diciembre de 2012

LA VERDADERA HISTORIA DE LAS INDUSTRIAS TABACALERAS


“La indústría del tabaco ha mentido de nuevo" confiesa Stanton Glantz, profesor de medicina en la universidad de California.

Conocido por haber desenmascarar varias maniobras de las industria del tabaco desde los años 1990, ha publicado junto a 3 amigos suyos americanos y suizos un nuevo estudio de cargo en la revista Los Medicine. 

Con 2 descubrimientos chocantes a cerca de los aditivos, esas substancias que la industria del tabaco agregan al tabaco desde los años 1970 y que constituyen hasta el 10% el peso del cigarrillo: incrementando notoriamente la toxicidad del humo, que ya de por si rico en sustancias nocivas para la salud.  

Las consecuencias del mismo son conocidos desde hace más de 10 años por las tabacaleras que los han enmascarado produciendo investigaciones desviadas.

Para llegar a estas conclusiones, estos científicos simplemente han disecado los estudios publicados por dos grandes fabricantes americanos, Puilip Morris y British American Tabacco. 

También y sobretodo, han compulsado pacientemente los innumerables documentos confidenciales que estas tabacaleras sido obligadas a desvelar al público por decisión de justicia.  

Tras el sonado juicio de 47 Estados de américa en contra de las empresas tabacaleras en el año 1998, millones de documentos han sido confiados a la universidad de California de San Francisco que las publica poco a poco. 

79 millones de páginas ya han sido numerizadas. Es así como los investigadores californianos han descubierto que  la Philip Morris había comprado hace 30 años un laboratorio situado en Alemania que estaba efectuando a finales de los años 1990, un programa de investigación dedicado a la toxicidad de los sabores añadidos.  Este proyecto llamado MIX estudió 333 aditivos. Este trabajo dio lugar a múltiples informes confidenciales internos y también a la publicación oficial en el 2002 de 4 artículos en la revista Food and Chemical Toxichology. Todos llegaban a la conclusión que no se podía establecer que ninguna prueba de toxicidad importante podría ser atribuida a estos aditivos!  Pero al mirar más de cerca, el equipo de Stanton Glantz han descubierto que la Philip Morris había encontrado diferencias reales en sus análisis entre los cigarrillos con y sin aditivos y habían conscientemente cambiado el protocolo y el sistema de presentación de los datos para “maquillar” los resultados!!  Al volver a efectuar ellos mismos los cálculos y volviendo a efectuar las mediciones de la cantidad total de tóxicos producidos por cigarrillo, Stanton y su equipo han demostrado que los aditivos inducen en realidad a un aumento de más del 20% de 15 productos cancerígenos o citotóxicos –es decir que alteran las células-, como son el Arsenio, el cadmio, el plomo, etc!
“Los aditivos aumentan el número de partículas finas respiradas, lo que es nocivo para la salud ya que favoriza los riesgos de inflamación de las vías respiratorias” explican los investigadores. Lo que resulta particularmente inquietante cuando se piensa que la mayoría de los aditivos enmarcaran oportunamente la iritación del humo, incitando el fumador a inhalar más profundamente.
El equipo de Stanton Glantz también ha revelado que los estudios de toxicología animal presentados por los industriales son falsamente tranquilizandores. “las muestras utilizadas son tan ridículamente pequeñas que es imposible deducir el menor cambio estadístico.  Entonces ¿cómo explicar que la Food and Chemical Toxicology haya publicara trabajos tan poco científicos? La respuesta se encontraba en el montón de documentos internos compulsados. Los investigadores han descubierto que el editor de la revista no era otro que… un consejero cientofico de Philip Morris y que 11 de los miembros de su comité editorial tenían lazos financieros con esta firma tabacalera!!.  Según los investigadores, otras industrias tabacaleras también han minimizado en sus estudios la toxicidad del humo de los cigarrillos.
Stanton dice que si hubiese que eliminar dos aditivos en prioridad, estos serían sin duda el mentol y el azúcar. El mentol jugaría un papel en la dependencia y la adicción mediante un efecto anestesiante en las vías respiratorias “reduce el sabor áspero y favorece la inhalación más profunda del humo”. Los fumadores, al buscar el sutil sabor mentolado, aspiran más fuerte las partículas y los elementos químicos y favorecen la aparición de cánceres de los bronquiolos y de los alveolos, que son también los más difíciles de tratar. “Además el mentol favorece la absorción de la nicotina en la boca y la laringe por el amento de la permeabilidad de las mucosas y por la estimulación de la producción de saliva y a nivel pulmonar por un efecto broncodilatador”. “También produce más partículas finas en el humo, lo que aumenta el riesgo cardíaco. Por su lado, los azúcares, ya presentes naturalmente en las hojas, son añadidos para enmascarar el sabor áspero del tabaco y el mal sabor del humo, pero potencian la dependencia a la nicotina. ¿Será un coincidencia si la marcas de cigarrillos más dulces como Marlboro, son también las más populares?
En un informe del 2011, un comité del consejo de la FDA ha solicitado la retirada del mercado americano de los cigarrillos mentolados.

Mientras tanto es de Brasil de donde llega el giro más espectacular: en marzo 2012 la Agencia Nacional de vigilancia sanitaria ha decidido la retirada de todos los cigarrillos y tabacos aromatizados del mercado brasileño de aquí a 2 años. También ha prohibido la utilización de sustancias susceptibles de potencializar la acción de la nicotina, presentes en el cacao y otros aromas y el amníaco. Y más aún! Los industriales ya no podrán añadir azúcar salvo en cantidades muy bajas para compensar la pérdida natural de azúcar durante el secado de la planta.
Aunque estas prohibiciones no permitirán erradicar el tabaquismo y que es imposible fabricar cigarrillos que no presenten un peligro para la salud, es por lo menos razonable impedir a los fabricantes potenciar los daños que causa el tabaco.

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